Los tratamientos de estética dental son una buena manera de ayudar a las personas a mejorar sus sonrisas. El blanqueamiento dental es uno de los procedimientos dentales estéticos más populares, ya que la decoloración en los dientes es algo muy habitual. Esta decoloración dental puede ser causada por diversos factores:
- Pigmentos bacterianos.
- Consumo frecuente de café o té.
- Tabaquismo.
- Ciertos medicamentos antibacterianos.
- Sencillamente debido a la edad.
Afortunadamente, hoy tenemos la gran oportunidad de blanquear todas esas manchas con la ayuda de los tratamientos de blanqueamiento tanto en la consulta del dentista como en el propio hogar.
El blanqueamiento externo
Este tipo de blanqueamiento, es el más común y conocido, se debe llevar a cabo bajo una monitorización cuidadosa, que te proporcionará un tratamiento seguro y sin dolor. Consiste en aplicar sustancias fijadas con un tratamiento de luz. Una vez aplicadas deben mantenerse en casa mediante unas férulas.
Dichas férulas, están hechas a medida dependiendo de cada caso concreto para se continúe el tratamiento desde casa. Así pues, este tipo de blanqueamiento consta de una o varias sesiones en la clínica dental así como también de un tratamiento desde casa que se ha de prolongar durante varias semanas.
De cualquier manera, para ser un procedimiento de máxima eficacia, siempre debe realizarse bajo la supervisión del dentista.
El blanqueamiento interno
Llamado así al ser un blanqueamiento que actúa desde el interior del diente. Se blanquea la estructura dental mediante la inserción de líquidos. Será siempre necesario que sea un especialista dental el que lleve a cabo esta técnica, la cual consiste en aplicar un producto en el interior del diente y que por norma general continuará con un blanqueamiento exterior para conseguir el resultado óptimo.
Este blanqueamiento interno consta de tres partes principales:
- Limpieza general.
- Inserción del agente blanqueador.
- Saneamiento de la zona.
Cabe destacar que se trata de un procedimiento indoloro y no supone una molestia mayor de la que pueda producirse debida a una limpieza dental rutinaria. Normalmente, se llevará a cabo sin necesidad de anestesia, aunque podría emplearse en el caso de que el área donde se realizara fuera especialmente sensible.
No debemos olvidar, que cualquier blanqueamiento dental conviene que sea complementado, además de con el uso habitual del hilo dental y del cepillo de dientes, con el empleo de irrigadores dentales. Dicho esto, ¿te animas a un blanqueamiento dental?